Y pasó la 41º edición de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires. En lo personal disfruté de cada día que estuve interactuando con el público. Este año muchos alumnos interesados en mi escritura, en saber cómo se hace para ser escritora, en querer conocer cómo llegué allí a conversar con ellos. También mis libros fueron interés de jóvenes periodistas y eso no solamente me regocija el alma, el espíritu sino también el cuerpo para seguir poniendo el cuerpo e ir por más. Ir por más el año próximo, el 2016. Durante todo un año preparo material para regalar, edito mis nuevos libros y me lanzo a la feria a venderlos. Este 2015 me llenó de satisfacción, como profesional del libro y como persona pues en ese espacio hacés relaciones con personas afines a tus gustos, afines a tus sentimnientos y te das cuenta que no en vano trabajas 12 meses para 20 días que ha durado el evento y la gran fiesta de los libros. Como lectora pude encontrar libros que ni siquiera sabía de su existencia como el Principito en versión completa, parece que en mis 50 años sólo había leído una versión comprimida, ja! Y me traje a casa muchos libros de duendes, hadas y de terror que por supuesto ya me los leí. Y me traje a casa muchos otros libros de escritores como yo que dejan su esperanza en ese enorme espacio que se organiza en la rural e intercambiamos libros y nos contamos nuestras aventuras y esfuerzos.
En 10 años, este año disfruté como nunca lo había hecho, mucho tiene que ver el público adolescente y los booktubers.
Quiero agradecer a dos instituciones que me brindan un espacio para que pueda exhibir mis libros, la Sociedad Argentina de Escritores y la Fundación El Libro. A ellos, a sus responsables, directivos, a ellos mi agradecimiento, y a ellos debo mi alegría de este décimo año en la feria. Y por último GRACIAS a esa mujer, callada, silenciosa, que es Andrea, que me da la mano para entrar a la magia que entrega la feria del libro tal cual un ángel, ella está ahí. ¡Hasta el año que viene, Feria!
Beatriz Valerio
